El cielo se ha puesto negro y la lluvia de abril moja los tejados de esta mi pequeña ciudad. Hace frío, bueno más bien fresco pero pensar que el verano había llegado hace que este fresco se convierta en frío. Hay que volver a sacar las zapatillas de paño, que ya habían sido cambiadas por las chanclas de playa, las sudaderas y tal vez hasta los abrigos.
Quiero que llegue el buen tiempo y poder salir a pasear a la calle.
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