En realidad no era consciente de cuanto tiempo hacía que lo conocía. Siempre había estado ahí. Los primeros recuerdos en los que aparecía era en una noche vieja, no podía precisar cuantos años tendría... como mucho seis u ocho... poco a poco se habían ido haciendo amigos. Llegó la adolescencia, ese periodo tonto en el que el amor llama a la puerta, un día si y el otro también... y ella se enamoró de él... Tuvieron un algo, bueno varios besos en la oscuridad complice de aquel pub de pueblo... y después la adolescencia que es muy mala, hizo que nunca tuvieran nada más. El tiempo pasaba, y para ella siempre tuvo un lugar bastante especial en su corazón, se veían, siempre en las fiestas y en vacaciones. Un saludo, unas copas, un cómo estas? cómo te va? qué es de tu vida? Él nunca mostraba interés... ella si. Sin embargo, el tiempo fue pasando, un año, dos, tres, ... diez, ... tal vez hasta veinte... y volvió a pasar... ella no podía creerlo.. después de tanto tiempo... pero él se volvió frío como el hielo... y ella se dijo: nunca más...
Se siguieron viendo como antes, en las fiestas, vacaciones... y de repente sin motivo... o tal vez si. Él comenzó a tener cierto interés por ella, interés que antes no había tenido, interés que en cierto modo la desconcertaba...
Sin embargo, ya no había nada que hacer... era demasiado tarde...
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