A veces nos dan ataques de gilipollez. Es complicado explicar por qué dan estos ataques, pero lo cierto es que cuando te dan, pues no puedes hacer nada. Bueno, en realidad si se puede hacer: aguantarse. No se puede hacer otra cosa.
Hay que aprender a saber controlar estos ataques de gilipollez, ya que lo único que se consiguen con ellos, es que los demás se aprovechen de ti. Y lo peor es que no puedes quejarte... fuiste tú la que en el ataque de gilipollez te ofreciste...
¿Lo peor de estos ataques? ...que al final nadie te lo agradece, y te quedas tú solo... bueno tú y tu gilipollez...
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