jueves, 16 de diciembre de 2010

A veces es mejor no levantarse...

Era temprano, más temprano que de costumbre, bueno en realidad no tanto. La noche de antes había perdido el tiempo, y claro el trabajo se le acumulaba frente al ordenador, las cosas pendientes primero, y antes de marcharse al trabajo ya estaba todo resuelto. 
Como de constumbre llegó justa de tiempo,  era especialista en el arte de ajustar el tiempo. No se lo podia creer: no encontraba el pendrive, con todo el trabajo, tanto él que acababa de hacer, como él de tres meses. Pidio permiso y volvió a su casa, aun así no cosiguió encontrarlo. Durante toda la mañana, en su cabeza tan solo estaba el pen drive, ¿donde lo habría metido? Pensó mil sitios, bueno en realidad tan solo uno.  A la hora del desayuno, en lugar del cafe decidió volver a su casa a seguir buscando. De pronto una sospecha apareció en su mente: si por casualidad se le hubiera caido en el coche... pero no, ya en la calle miro a su alrededor y alli e mitad, aplastado, alli se encontraba... pensó que hubiese sido mejor no encontralo a hallarlo en esas condiciones.
Como era de lógica, no funcionaba y lloró amargamente delante del ordenador: tanto tiempo perdido. 

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