Hacía muchos años, ella era joven y se abrían ante ella miles de posibilidades. Una experiencia nueva, se había convertido en una pequeña universitaria. Sin embargo no todo fueron cosas buenas, ella que estaba acostumbrada a obtener unos resultados, de pronto los frutos no venían. Lloraba, lloraba amargamente frente a aquellos apuntes de geometría... no podía estudiar... un dolor le oprimía el pecho. Nervios, le dijeron. Unas pastillas y todo solucionado. Este dolor se hizo habitual en momentos de angustía y nerviosismo. Le acompañaría siempre.
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