lunes, 15 de noviembre de 2010

Paisajes...

Mirando a mi alrededor veo que el paisaje ha cambiado. Hace unos años, concretamente tres, si miraba a mi alrededor, veía edificios y mas edificios. 
Si bien los cercanos no eran muy altos, mirando un poco más lejos, podían alcanzar alturas insospechadas, de vez en cuando un avión surcaba el cielo, 
con la proximidad que a mi me gusta.
Había coches y más coches, atascos y más atascos. Aunque me puedo sentir afortunada, casi nunca me encontré ninguno.
Había prisas, empujones, y carreras por las escaleras del metro, lecturas tranquilas de camino al trabajo

Y de repente todo eso cambió. 

Ya los edificios no lo ocupaban todo, ni tenía el placer de ver de  cerca los aviones, tampoco había millones de coches, ni atascos, ni prisas, ni empujones ni lecturas tranquilas en el metro.

Ya no hay nada de eso. En su lugar se abre un  paisaje árido, casi sin arboles, un paisaje que al principio me agobiaba... es que le faltan los olivos de mi tierra natal,  un paisaje de tonos grises, donde el tiempo parece que no pasa, donde ya no hay prisas, aunque yo me empeñe en imprimir prisas a mi vida, un paisaje que no he sentido mio, ya que yo lo no elegí y que ahora al convertirse en una elección personal  he aprendido a querer

 

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