Imaginesen que van por un sendero y que evidentemente no son los únicos. Son las dos menos cuarto de la tarde, hora bastante apropiada para comer y escuchan la siguiente conversación entre una madre y su pequeño hijo de unos cinco o seis añitos.
Hijo: Tengo hambre, ¿cuando vamos a comer?Madre: Cuando lleguemos al final del sendero
Hijo: Y que hora es?
Madre: Las dos menos cuarto
Hijo: Es que tengo hambre..
Madre: Pero ya sabes que cuando estamos de vacaciones no hay horarios, hay que disfrutar.
Hijo: Es que yo siempre como sobre las dos... asi que tengo hambre...
Madre: La verdad es que tienes razón, eres como un reloj... que le vamos a hacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario