Hoy ha sido un día menos estresante que ayer, porque días como ayer la verdad es que he vivido muy pocos. Fue un caos, muchísimo teletrabajo, el WhatsApp echando humo y la pequeñaja dando la tabarra (Angélico mío). Menos mal que he salido a la calle, tanto ayer como hoy. Sintiéndome como una fugitiva, una fuera de la ley. 10 minutos de libertad.
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