Me acuerdo perfectamente.
No tenía Internet, ya lo había quitado de aquella que no llegó a
ser su casa ni siquiera un año completo. Su madre la llamó, ¿donde?
¿eso donde está? ... pues a mi eso no me suena de na... Bajó
al coche, un mapa de carreteras situaría aquel lugar en su sitio
exacto.
Decidió no buscar casa,
ni visitar el lugar. Siempre podían cambiarla a otro lugar, siempre
en la misma provincia, pero que empezase con la letra a.
Cuando por fin se hizo firme aquel lugar, llamó por teléfono para
informarse de cuando tenía que llegar. Le dijeron un día, pero como
la que mandaba era Ella, decidió que se iría antes de aquella fecha
que le habían dicho unos simples mortales.
Lo
encontró al momento, estaba justamente a la entrada. Entró y fue
rápidamente a presentarse, aquel lugar sería su lugar de trabajo al
menos durante dos años. Se acordaba prefectamente, a quienes había
conocido en aquellos primeros momentos, recordaba sus lagrimas cuando
al llegar a aquel pequeño hotel, había llamado a su madre. Aquello
no le gustaba, aquel lugar era árido, seco, y triste. Pero aquel era
su lugar de trabajo. Un golpe de mala suerte, le había llevado hasta
allí.
Pasarón
los dos años de rigor y pensando en sus clases de italiano decidió
que tenía que haber un tercero y después de este año, aunque el
italiano ya no era escusa, otro año más. Dos años de prorrogas,
dos años cultivando, regando y mimando a aquellos que quizás el día
de mañana fuesen algo. Cuatro años de su vida invertidos allí.
Sin
embargo, ya no había más prorrogas, después de cuatro años
jugando en el mismo equipo, Ella que era muy poderosa, decidiría.
Si, era cierto que había mostrado sus preferencias, ahora solo
faltaba esperar...
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