Era una mañana fría, de esas en las que cuesta mucho sacar el pie de debado de la manta, de esas en las que la nariz parece un tempano de hielo. Era una mañana así.
No se sentía bien, tenía nauseas, de pronto un pensamiento vino a su cabeza. No, no podia ser... habia tenido cuidado, todas las veces habia tenido cuidado, o al menos eso habia pensado ella.
De pronto alguien tocó a su puerta: "venga niña, que se te hace tarde y no llegas al instituto" la voz de su madre sonó dulce como de constumbre. No podia ser, ella no estaba preparado para aquello.
El día pasó con normalidad, nadie le noto nada extraño y eso que en ningún momento había sonreido, con lo alegre que era ella siempre . Supongo que sus amigas lo achacarían a la gran cantidad de examenes que tenian en esas fechas.
Él ni si quiera la miró, su relación habia acabado hacía unas semanas. En cierto modo era lo mejor, los dos lo sabian. Aunque como todo el mundo sabe, el amor siempre duele y el desamor más.
Miles de posibilidades inundaban su mente, no podía ser, no era posible... pero... de repente lo tuvo claro, su desgracía sería la alegria de otras personas y con este pensamiento de tranquilidad al fin pudo dormir.
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