Hay cosas que no entiendo, y una de ellas es la creencia que tienen algunos y algunas al pensar que la vista es el más importante de los sentidos: todo nos entra por la vista, si el pastel es apetitoso caemos o si el vestido nos gusta solemos comprarlo.
Pero muchas veces ni el pastel es tan apetitoso ni el vestido nos sienta tan bien, hubiésemos hecho mejor en comprarnos esa miloja de crema que tanto nos gusta o esa falda o esos zapatos que aunque no sean tan espectaculares nos sientan bien y con los que nos sentimos tan cómodos.
Con las personas nos pasa algo parecido, muchas veces los envoltorios mas bellos, encierran vidas vacías, inseguridades, banalidades... y es mejor mirar un poco mas allá para descubrir la verdadera belleza: la que no se ve.
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