Resulta triste, que habiendo quedado prácticamente todos tus compañeros del trabajo, incluso los que casi nunca salen, que a todo el mundo se le olvide echarte el teléfono...o tal vez no es que se les olvidara... simplemente no quisieron llamarme, y como esto parece un déyavu de esos: yo, donde no soy invitada no voy.
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