Dicen que no hay peor ciego que él que no quiere ver. Muchas veces estamos ciegos y no sabemos ver, o mejor no queremos ver.
A veces, la rutina hace que se nos olviden las cosas o tal vez simplemente nos juega una mala pasada, haciéndonos olvidar los momentos vividos.
Es falcil decicir...cuando uno no es el que toma la decisiones
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