martes, 16 de agosto de 2011

El espejo

Era aquel un país lejano, perdido en una isla. Un lugar que no aparecía en los mapas, del que nunca nadie había escuchado nada. No sabían como, pero su barco había varado allí. Eran las gentes de este lugar amables y serviciales e incomprensiblemente se entendían con todos los tripulantes de aquel barco... y eso que eran de distintas nacionalidades. Realmente no acababan de comprender porque aquellas gentes de aquel país tan lejano conocían todas aquellas lenguas, si aquella isla ni siquiera estaba en los mapas.
Después de agasajarlos con unas frutas bastantes exóticas,  nunca las habían comido en otro lugar, de sabores exquisitos y deliciosos los llevaron frente al Rey. El Rey era un ser minúsculo, con ropajes de azul e hilos de plata que más que darle una pose de majestuosidad le quedaba grande, como si aquellas ropas no fuesen las suyas. Amablemente les pidió que se sentaran a su alrededor y que le contaran que es lo que hacía por aquellos lugares tan alejados de las rutas comerciales. 
El capitán le explico brevemente que tras una tormenta habían perdido el rumbo, que su sistema de navegación se había estropeado y que casualmente habían llegado a aquella isla, donde esperaba que tuvieran la amabilidad de proporcionarles la pieza que les faltaba para conseguir otra vez encontrar su rumbo. 
El rey les dijo que no había ningún problema, que habían llegado al lugar correcto: allí volverían a encontrar su rumbo. Misteriosamente comenzo a hablar con uno se sus subditos, al momento otros subditos aparecieron con un espejo de gran tamaño. Aquellas personas que habían llegado en el barco no entendian bien, ni el motivo ni la utilidad de semejante espejo alli. El rey se acercó a ellos y les dijo: Es este un espejo mágico. Quien se mira en él no solo ve su reflejo, sino que ve lo que los demás ven cuando nos miran...
Aquellas gentes no acaban de comprender, espejos mágicos, lo que los demás ven... ¿como iba aquello a ayudarles a salir de alli? Timidamente el cocinero del barco se acerco dio un paso al frente y se miró en aquel espejo. No podía creerlo, él, que siempre se había considerado un simple cocinero era considerado una de las personas más importantes del barco, era él que todos los días con su trabajo alimentaba a aquellas personas... curiosamente todo aquel agradecimiento se veía reflejado en aquel espejo.
El contramaestre, un ser vil y despreciable, vió como en su reflejo irradiaba toda la maldad de su ser...en un arrebato golpeó el espejo, pero este no se rompió. 
El rey tomo la palabra volvió a repetir que aquel espejo era mágico, que enseñaba la realidad de las personas que alli se reflejaban, pero no para castigar sino para que al verse así reflejadas, pudieran volver a encontrar su rumbo.
Entonces, de pronto, todos comprendieron que la tormenta los había llevado a aquel lugar para que una vez descubierto el reflejo que proyectaban en los demás poder cambiar aquellas cosas que no estuvieran bien y así encontrar de nuevo su rumbo.Al principio muchos de ellos tuvieron miedo... no sabían que iban a encontrar en aquel reflejo... pero poco a poco todos fueron pasando por él.

Y ahora, tras este breve relato, unas preguntas ¿Serían ustedes capaces de mirarse en este espejo?  y   ¿ les gustaría aquello que van a ver reflejado?



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