Hoy ha sido un día normal de sendero. El sendero ha sido en una sierra cercana. Así que, como podía, he decido ir. Bueno en realidad, no he, hemos decido ir. Subrayo lo de hemos, ya que tanto mi hermana y yo, cada una desde su casa, hemos ido. El día ha acompañado, la lluvia y la nieve de días anteriores nos han dejado un día soleado, despejado y con una temperatura un tanto agradable, esto es, sin mucho frío. Todo ha ido bien, un sendero un poquito más largo de lo normal con Sierra Nevada de trasfondo. Todo un lujo.
Pero lo mejor no iban a ser las maravillosas vistas de las que hemos disfrutado, sino el maravilloso regalo con el que me ha obsequiado: jamás se me podía haber pasado por la cabeza, este blog en el que escribo de vez en cuando en papel, dos libros preciosos.
Tres meses de trabajo, de cariño y de amor.... sin embargo no es el mejor regalo que me han hecho... aun me acuerdo cuando con siete añitos recién cumplidos me dijeron que había tenido una hermanita. Mi hermana, la inventosa, la manitas, la detallista... y yo pensando que era la leche evaporada ... mi hermana, que cada día sabe sorprenderme... mi hermana, mi amiga, mi confidente... posiblemente lo mejor que tengo. No hay, ni habrá blogs en el mundo para gritar o escribir cuanto la quiero.
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